Una corazonada, y...

La verdad es que se ha dado todo rodado. Estábamos destinadas...


Te cuento:

Hace un par de semanas estuve visitando el blog de Mercedes y me encontré con esta entrada.  Conozco la zona, pero jamás ví un mercadillo ni supe que lo había. Si eso un día, me paso, pensé. Y la cosa quedó ahí.

La semana siguiente, por la autopista, ví un anuncio en un autobús: "Rastro de Navacerrada. Antigüedades".
¿?¿¿?!!. Esto es una señal. Me acerqué a ver si veía donde lo ponían exactamente, qué dias, horario... Lo único que pude ver sin meterme debajo del autobús fue que era todos los domingos, en el pueblo.

Si este domingo hace bueno, nos pasamos a dar una vuelta!!. El caso es que, al menos en Madrid, el sábado pasado fue un día horrible de invierno: vientos huracanados, un frío de hielo horroroso,...vamos, con decirte que llovía de abajo a arriba.... Pensé que tendría que dejarlo para otro día, pero oh! sorpresa, al levantar la persiana el domingo, hacía un día espectacular, así que cogimos el coche y allá nos fuimos!!

El rastro está fenomenal, es muy chiquitín, a lo mejor hay 15 o 20 puestos, pero están muy bien colocados, separaditos unos de otros por lo que se puede pasear sin problemas de codazos, pisotones y tirones de bolso (quien se haya pasado por la plaza de Cascorro un domingo, sabe de qué hablo).

Tienen de todo un poco: muebles, artesanía, camaras de fotos, planchas, radios, discos, muchísimos libros, y esta maravilla


Me callo, y te dejo con las imágenes



Está en muy buen estado, las letras están perfectas. Hay que darle una manita de pintura a la rueda




Una lijadita y un tratamitento antióxido, pero en general está bastante bien. Le falta el prensatelas, a ver si consigo uno, porque, no sé cuantos años tendrá, pero sigue cosiendo perfectamente. Las canillas son muy graciosas, lástima no acordarme de hacerle fotos.





Solo tuvimos que cambiarle la cinta.


Y de regalo, me traje también esta plancha, que pesa un quintal.


Muchísimas gracias por tu visita y comentarios!. Pasa buena semana.

Una de flores

Hace unos meses, de la mano de Martina y de Silvia, conocí los trabajos de Francesca. La verdad es que son preciosos, muy delicados. La elección de telas que hace es perfecta, y no hay más que ver los ángeles divinos que hace: transmiten mucha paz y me parecen elegantísimos. Además me tiene fascinada la manera en que coloca el pelo.


Esta primera foto la he tomado prestada del blog de Francesca, que no podéis dejar de visitar!


Es el segundo año que los Reyes Magos no me traen algo que les he pedido con muchísima ilusión (y, visto lo visto, parece que va para largo, si es que va...). A cambio, me trajeron el libro de Francesca.


Bien!!!. Tengo entre mis proyectos pendientes, hacer uno de sus ángeles, pero lo tengo aparcado hasta que sepa dónde encontrar y encuentre el material que ella usa para peinarlos.

Entre tanto, me puse a practicar con las flores, que son preciosísimas y valen pa tó. De momento he hecho esta:


No es clavada a la original, pero creo que se parece bastante.


El montaje lo hice deprisa y corriendo: tengo una mini-pistola de silicona caliente, que me da mucha pereza usar, porque es de esas de los chinos, y en lugar de poner la silicona cuando le das al gatillo, en cuanto eso se calienta no hace otra cosa que escupir silicona caliente, dándole al gatillo o sin darle, así que es un autentico derroche.


Me puse cabezota y utilicé cola blanca de la que viene en los kits de Tilda, de la marca Panduro que, no es por nada, creo que el nombre le va al pelo, porque una vez que esa cola se seca, se queda más dura que una piedra y no hay quien la despegue, una maravilla!

El caso es que la cola Panduro es maravillosa, pero como los pétalos van fruncidos, no termina de llegar a todos los rincones y no pegaba bien. Así que tuve que utilizar la temida pistola-de-los-chinos-de-silicona-caliente.

Pero es que no sólo la pistola es una patata, es que la silicona es aún peor!!: tu la pones y al microsegundo se ha secado y no pega: se queda como una bola de plástico duro pegada. Conclusión: tuve que pegar los pétalos a la velocidad del rayo y apenas pude estar pendiente de que quedaran donde debían.


Aún así, y después de esta pequeña odisea (acabé con agarrotamiento cervical y unos sudores de los de la muerte), estoy orgullosísima de mi rosa. Ahora solo me queda comprar uno de esos soportes para broches y empezar a usarla cuanto antes.


No es tan complicada como pensaba en un principio, así que animaros.
Gracias por vuestros comentarios, siempre tan cariñosos!!. Espero que os guste.